Quién eres tú, osado delincuente
que pretendes sublevarte a la existencia,
que enjuicias a los poetas con expresiones delirantes
y atacas con tu verbo y tu osadía.
Quién eres para ofender al “POLVO DE ESTRELLAS” de Rivero
o procurar corromper "EL GOLEM" el Borges
o el “EL DOMINICO BLANCO” de Meyrink
pretendiendo desatar la furia loca de la demencia.
Quién eres tú ignoto esclavo de la ignorancia
que procuras desbaratar las letras de los grandes
alzando tu voz altiva contra Gelman y sus ideales
o bien impidiendo la libertad de palabra de Primo Levi
con tu fascismo barato y recalcitrante.
Neruda, Storni, Nervo, Ibarborurou y hasta la Parra
se levantan de sus tumbas impactados por tu barbarie
y por tu audacia al expresar las idioteces
que ante el mundo muestras concupiscente.
Quién eres tú, innoble insano de la palabra
para enjuiciar la autonomía y la equidad de las letras
pretendiendo desconocer la inteligencia
con tu barata mediocridad descalabrada;
antes bien instrúyete entre los amantes del saber,
aquellos que aún residen en los tiempos
con una antorcha de gloria encendida
para alumbrar los caminos de los ignotos.
Rescata los valores incólumes de Thomas Mann
o la inocencia pura de Korczak
o quizás la libertad de palabra de Alexander Solzhenitsyn,
glorias que se levantan en la historia de las letras
y acaba finalmente por descubrir el goce
que imperecedero se levanta como un gigante
pretendiendo iluminar las mentes más nefastas
de aquellos fascistoides de la historia.
CARLOS A. BADARACCO
12/07/09
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