Yo sostenía una vida,
como si de ello dependiera mi existencia,
una vida, quizás la mía.
Una luz se encendió entre bambalinas,
la música estrepitó fuertemente,
el telón se corrió y entré en escena.
Y allí estaba yo, con esa vida entre mis manos.
Entre el clamor de la gente que aplaudía como locos
No entendía el motivo de aquella tremenda alegría
la vida que sostenía, era una sufrida,
dolorosa y agonizante vida que yacía
y entre mis manos estaba inerte
y la gente complaciente reía, solo reía.
al fin
la conclusión de la escena
la conclusión de una vida
y la ignorancia presente.
CARLOS A. BADARACCO
5/10/11
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