martes, 25 de octubre de 2011

HOSPITAL DE NIÑOS de CARLOS A. BADARACCO



 

En cada rostro,
en cada piel que toco,

en cada sudor de frente
hay un niño muriendo;

en cada aire inhalado
hay un sabor a nada,

ni una palabra siquiera,
no hay nombres

hay hechos
hay niños muriendo como desechos.

En este hospital,
      en esta sala siniestra,
            aquí
                  hay muerte,
                       hay una puerta
                           que se abre,
                               diez puertas
                                     abiertas
                                          con diez almas
                                               inertes.


y en la ventana más cercana
una luz encendida
para la revisión;


un sol de noche
que alumbra como un silente cautivo

cada fulgor perdido
cada vida dormida.

La muerte manda, y comanda


bajo la helada sala del piso
los cuerpos ya muertos se desatan,

despiertan las alboradas
con un mutismo encendido,

con un olor a piel muerta,
con rostros pálidos como en la nada.

Pasó, pasó la muerte
y se llevó diez vidas
en cada puerta abierta
diez almas dormidas.

 CARLOS A. BADARACCO
17/10/11



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