miércoles, 5 de octubre de 2011

AMOR FECUNDO de CARLOS A. BADARACCO




Tu sangre colmó mi pasión,
más tarde se hizo el amor,
después se hizo la luz
y en mi vida cambió la historia,
en cada espacio de mi memoria
se levanta una paz certera
que de tu espíritu voraz
se lanza con furia en mi alma.

Tus ojos verdes entraron,
en mi como en un sendero,
los vientos surcan el cielo
levantado la tierra y el barro
amores de otros momentos,
la luz del amor los colma,
Convertido, llegaría un día
sembrando amor y alegría.

Es el amor, no la razón,
que siempre se eleva más fuerte
Si amas algo sincero,
regresa siempre es tu suerte,
si no, nunca fue un amor,
fue un albur, algo que estuvo inerte
Las flores de mi jardín
florecen en primavera
pero mi amor por tu ternura,
florece la vida entera.

La luz que el tiempo encendió,
en los instantes de sombras turbias
era la luz del corazón
que abrasó su alma a los tiempos
y al mirar en el firmamento,
un soplido de amor inmenso,
se desprendió de aquella grandeza
para encender mi alma en silencio


Camino que alzas al viento
senderos de luces templadas
con la presencia de la aurora,
alimentas mi amor fecundo
aquel sentimiento profundo
que esa vez me entregaras
alzando ese espíritu al viento
para cantarle de nuevo al amor
Que hoy yo te devuelvo entero

El amor no se puede definir,
definir es limitar al alma
y el amor no tiene límites
se lanza ferviente en calma
En la incertidumbre del tiempo
se va afirmando mi alma
se alza con luces propias
se vierte con amor sincero
se eleva como la brisa al cielo

CARLOS A. BADARACCO
2/10/11

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