A lo largo del camino
se van arrojando destinos,
van quedando solapados
entre los robles y los alerces
que en los senderos de la vida
se alzan gigantes y alerta siempre.
Se ven dibujados claros instantes
de sosiego desbordante,
se van alzando lentamente
entre sombras que dolientes
claman los sonidos del silencio.
En cada ruta que camino
hay un horizonte perdido
es mi ánimo inaudito
que ve con negros nubarrones
los futuros tan dispares
que se cruzan en los senderos,
allí mismo no hay castigos
sola mi alma con mi vida
sin que nadie aborde ese viaje
que en el mutismo de aquel bosque
se ve como alzado por los abismos.
Soles y nubes se ven negros
es el sentimiento que hoy sostengo
como si en un minuto la mirada
se me perdiera en una nada.
Justamente entre las estrellas
que brillan allí para otros
son para mí como farolas apagadas
que no me marcan ningún signo,
ningún estigma que me señale
que allá en la meta hay un aliento,
un hálito de vida
que le dé sentido permanente
a mi caída y triste autoestima.
Hoy estoy desbordado
tengo mi alma en la nada
como si en cada morada
los sentimientos me atacaran
me colmaran de presagios,
se apagaran en mi meta
como una antorcha ardiente
que se fuera sofocando poco a poco
y como en silencio y sin permiso
se apagaran también los destinos.
CARLOS A. BADARACCO
19/10/11
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