jueves, 6 de octubre de 2011

AMOR DE SEDA I de CARLOS A. BADARACCO



Había yo escuchado aquel corazón de luces,
un sinfín de notas de seda acariciaban mi rostro,
mis manos recorrían con suavidad tu semblante
recogiendo una sublime ternura entre mis dedos amantes.
Sentí de repente un corazón que latía
con un ritmo vertiginoso que lanzaba gemidos,
mis labios se apoyaron en los suyos suavemente
encontrando una lágrima como corriendo impaciente;
tan profundo fue ese beso, tan romántico y obsecuente
que al advertir yo su rostro nuestro amor se hacía presente.
Era un dulce amor, complaciente,  tan vehemente
que entre las caricias de la noche se encendía sin reproche
Acaricié su pelo…, ella mi pecho, suavemente
como perdidos en la noche recorríamos el lecho
entre silencios y susurros nuestros cuerpos se unieron
y como si fuera un látigo, un pérfido látigo
tu corazón tan ferviente
se apagó para siempre…

CARLOS A. BADARACCO
27/9/11

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