viernes, 19 de agosto de 2011

EL CARRUSEL DE LA ILUSIÓN de CARLOS A. BADARACCO






Cuando nos subíamos al carrusel
era un mundo fabuloso que nos llevaba
a vivir el ensueño de la felicidad completa.
Las imágenes iban y venían
como metiéndonos en un vaivén de fantasía.
¡Ah! que niñez apasionada,
las marionetas se colgaban enamoradas
y entre hilos danzaban al compás de una armonía.
Un viaje fantástico nos esperaba cada vez que sonaba la melodía
nos llevaba por mundos imaginarios donde el amor siempre renacía.
Felices éramos los niños al vivir detrás de ese universo mágico
en el que la luz del esplendor sostenía un sueño de imágenes y utopías
Hoy el mundo es distinto, los niños ya no viajan por sus sueños,
sucumben desolados en un espacio de pena y dolor, de vicios y corrupción.
Hoy son míseros instantes de aflicción que viven en la calle como  danzando
al compás de un frío aterrador que los envuelve y escarnece.
El mundo mítico que vivíamos se transformó en un signo de estupor
que nos degrada en nuestra visión de vivir en un planeta fantástico
de ilusión, alegría y amor.

CARLOS A. BADARACCO
19/8/11
(DERECHOS RESERVADOS)
REGISTRADO EN safeCREATIVE

miércoles, 17 de agosto de 2011

ALBOR de CARLOS A. BADARACCO






Dormité de repente,
todo era monótono, hasta tú imagen.
Tus ojos apagados, tu risa casi desvalida;
 no abandonabas las sombras que te envolvían  lúgubres,
y taciturnas.
Las auras del tiempo aparecieron y  las sombras revivieron,
resurgieron, y los silentes sonidos se armonizaron
y todo cambió de repente.
El primer sentimiento se despertó, como sin nombre;
con  suaves y fantásticos colores un lirio esbozó su mote,
se mostró.
Suspiré un largo aliento entre los quejidos del tiempo.
En las alamedas: en sus ramas eróticamente apareció
una musa, Erato, la musa de la poesía amorosa,
quité de mis pupilas ese velo que me envolvía
y en el sendero,
esbozando una sonrisa, entre los montes, allí
donde despertó mi sexo, la vida me entregaba al amor.
Entre trinos y gorjeos. Como un mendigo me sometí a la pasión,
con mi suerte a cuestas mi vida se vistió
de luz.
Allá en el albor, el bosque cerrado como una cripta
me entregó mi primer contacto con el amor,
el verdadero amor
Algo se desprendió de su cuerpo, una luz casi divina,
un fulgor, un brillo
y me desperté dulcemente enamorado.

CARLOS A. BADARACCO
16/8/11

martes, 16 de agosto de 2011

HAY MOTIVOS de CARLOS A. BADARACCO










Intuyo, que los tiempos se mostrarán con saña;
que vivo en un mundo trastocado, humillado;
que soy cautivo de tiempos inquietos
donde cada momento es duelo y es reto;
que el sol no ilumina solo difumina  la luz de los tiempos;
que en la Tierra no hay honra, ni virtudes, ni pureza
y que se han esfumados los valores del mundo.
Son otros los tiempos y yo ya estoy viejo,
no entiendo la vida, me falta coraje.
Sé que entre medio se levantan guerreros innobles
que pretenden los vicios de tiempos vacíos;
que se vuelcan sin nombre en conductas de exceso ;
ya no hay honores, hay simples vilezas
y se visten los hombres de rufianes y bestias;
cualquiera es un señor aunque muestre bajezas
y entre indignos truhanes los ritos son sucios,
salpican levedades, vilezas, traiciones y  muertes.
Y a pesar de los tiempos se han roto los códigos
de seres  humanos dignos y nobles
Pero a pesar de todo, siguen habiendo hombres
que se muestran confiados y luchan por la vida
se sienten con visiones de alto optimismo
las mujeres pregonan trabajo y esfuerzo
y yo, me uno a ellos a su lucha y sus juegos
para alzar en el mundo la paz de los pueblos.

CARLOS A. BADARACCO
15/8/11

EMBELESO Y ÉXTASIS de CARLOS A. BADARACCO










Tu mirada trémula se cubre de lirios.
esbelta figura, fecunda hermosura,
de éxtasis se sonroja tu faz, tu cordura
empañando de aliento los límpidos vidrios.

Eres la dulce ungida del tiempo
te ves tan lozana como aquella doncella
que se viste de seda para mostrar su belleza
y expulsar de mi alma tal vez lo que siento.

Más bella que el cielo vestido de nubes
el sol te ilumina como a flores silvestres
y así como un ave que surca los montes,
te muestras silente al besar yo tu frente

Tu boca pálida aguarda aquel beso
entreabriendo despacio tus purpúreos labios.
y en el marco sublime de romántico espacio
surge mi arrebato, mi dulzor, mi embeleso

¡Abraza mi amante, mi estampa ardorosa!
¡Abrázame fuerte con ferviente deseo!
y en tu cuerpo desnudo aquel arrebato
se torne en caricias y placidez amorosa.

CARLOS A. BADARACCO
15/8/11

CONJETURAS de CARLOS A. BADARACCO






tal vez
descubra en el cielo
a las nubes buscando intensidad,
a las estrellas pestañando sin cesar.
Tal vez
descubra en el firmamento
amores tan vivientes que adoren la eternidad,
amores tan sentidos que nunca culminarán.
Y tal vez
al ser yo tan inocente
vea al  amor adolescente
como una brisa inocente
que madure con los años
para no morir jamás.
Tal vez, sólo tal vez
descubra la paz en el mundo
como un don tan excelso
que se avive con el tiempo
y no se extinga ya más.
Y así seguiría eternamente
pensando en  los vivientes,
amándose como hermanos
y al darse fuerte la mano
descubran en ellos un sabor lejano
a la misma existencia
como don que obtuvimos
solamente para ser feliz.

CARLOS A. BADARACCO
11/8/11

CAMPO FECUNDO de CARLOS A. BADARACCO







El campo fecundo, el trigo soleado,

el viento que peina colinas sagradas.

En los espejos de agua el sol encandila
la bravura del monte,

En las estepas se vierten
las sombras del campo,
y allá en el lejano horizonte
el rocío del alba ya viene asomando.

Sol y bravura, siembra y cosecha
los campos benditos de visten de fiesta.

Pájaros del monte, nidos y bríos
se suman armónicos gorjeos y trinos,
la arboleda arroja furtivos
los rayos de luces que pueblan los prados.

Y allá en la rivera donde el río se alza
cascadas de agua bautizan los lirios,
las flores silvestres se convierten en mantos,
sagrados colores se divisan precoces.

La creación fue perfecta
las cosas se encienden ante la luz y la vida
y nacen silentes espacios y tiempos
que se sumergen ufanos
entre albores y vientos.

CARLOS A. BADARACCO
15/8/11

ALEGRÍA PÓSTUMA de CARLOS A. BADARACCO







Yo lloro, tú ríes,
surgen mis lágrimas
ante tu alegría póstuma.
Ante esa visión utópica
de luces y lagos.
de futuros promisorios,
las lágrimas me vienen
como sembrando congojas.
Tu alegría es muerte
mis lágrimas recuerdos.
y estás en medio de los tiempos
arrancando pesares.
Y sin embargo ríes.
entre nostalgias y espacios.
No estás ya no estás.
y esa risa que escucho
es el cálido estímulo que me das
para que mi ánimo se levante,
para que mi  fuerza se eleve;
y yo sigo llorando,
y tú sigues riendo.

CARLOS A. BADARACCO
14/8/11


lunes, 15 de agosto de 2011

EL VIEJO Y SU ETERNIDAD







(PROSA POÉTICA) 

Sentado en un banco de plaza
el anciano mira con sus ojos perdidos
un punto en el espacio infinito.
Las imágenes se desplazan por su mente.
Pareciera meditabundo, nostalgioso,
como queriendo arrancar de cada evocación
momentos sublimes de su larga existencia.
Su bastón en una mano, sostenido ente las piernas,
el otoño jugando a su alrededor se divertía,
moviendo en vaivén los árboles del parque,
que dejaban caer sus hojas amarillas.
El viento soplaba y el viejo miraba
el mismo punto del infinito.
Sus arrugas delataban extrañamente su dolor,
sus años le golpeaban duramente
el rostro delicado y somnoliento.
¿Qué recuerdos recorrían su razón?
Aquellos no cabían en su corazón,
amores pasados, dolores padecidos,
y el mismo punto en el tiempo infinito.
¿Qué pensamientos lo acongojaban?
¿Cuáles lo llevaban a ese desvarío?
Distante en el momento, volvía a su indefinido
y continuaba sentado mirando a la distancia
el mismo punto en el tiempo infinito.

-¿Viejo, que está mirando?
-El infinito que me espera junto a mi amor eternizado

CARLOS A. BADARACCO
3/04/09

domingo, 14 de agosto de 2011

ROSA DE LOS TIEMPOS de CARLOS A. BADARACCO









Olivo. Sus ojos eran de color olivo.
En las figuras expresivas de los mármoles
su rostro despertaba mil pesares.
Tan triste era su rostro,
tan dúctil su faz terrena,
que dejaba en la mirada una estela,
como si de amor profundo se tratara.
Era quizás un semblante maduro
pero mostraba su inocencia sin conjuros.
Parecía enfrentar a los tiempos
ante la intensa furia de los vientos.
Olivo, casi un néctar para los ojos,
la tímida expresión de su aspecto
intimidaba los albores tempraneros.
Pasé sin mirar aquella tarde,
sin detenerme ante la estatua, sin alabarla.
Revelaba sus alas de ángel de la vida
como dedicando ante Dios su obediencia.
Así, se me presentó entre mis sueños,
decía la cándida Rosa de los tiempos,
como queriendo brindarme un consuelo,
una palabra de aliento en mi desvelo
que momentáneo se presentaba 
ante mi rara apariencia.
“Dios me manda presuroso
ante ti eterna caminante.
Eres ante Él una peregrina
que dedica su paz y su constancia
En cada labor que ejerces en el tiempo
una luz se enciende en el cielo.
Serás esa elegida por tu lucha
para doblegar la injusticia y el desafuero;
como a la Virgen María iluminada
me presento ante ti para alabarte.
Los jóvenes que te siguen serán testigos
de tu impronta sembrada en este suelo.
Despertarás un día en la mañana
con un coro de alabanzas y de aleluyas,
desde el cielo ese Dios que te bendice
será el mismo que con su manto te cubriera”.

CARLOS A. BADARACCO
13/8/11
(DERECHOS RESERVADOS)
REGISTRADO EN safeCREATIVE.

sábado, 13 de agosto de 2011

¡QUÉ PROFUNDA SENSACIÓN DE PAZ! de CARLOS A. BADARACCO









¡Qué profunda sensación de paz! La playa
nos entrega un perfume salino que nos cerca la vida,
y, en las tardes, cuando el sol recalienta la arena
se levantan los amores presurosos para danzar.

Entre las rocas, las Nereidas se vuelven de miel
dulces cantos que desde el mar se lanzan
expresan en las olas cálidas armonías,
y al romper contra los macizos chispean rocíos
de estéticas simetrías rítmicas.

El sol nos embriaga con su calor
y provoca una cálida sensación de pasión;
Se alzan las conchas marinas desde la mar embravecida,
y, entre ardores se delatan los deseos en corajes 

¡Qué frescura nos entregan las olas! los alerces
a la distancia se muestran como encendidos
moviendo sus copas de ondulantes formas
y lanzando furtivos rayos de luz que se escapan presurosos.

Todo es concordia, y yo allí entre el oleaje
contemplando la mágica seducción
en que me envuelve la naturaleza

CARLOS A. BADARACCO
9/8/11

TU PRESENCIA de CARLOS A. BADARACCO











Sé que estarás presente en la mañana,
sé que al despertar te veré allí, ensimismada
y al tocar tu cuerpo,  tu piel iluminada
habré de notar tu deseo ardiente de placer, apasionada
Sé que estarás allí al despertar
desafiando vehementemente mi sedienta sed de amar,
demente deseo de devorar tu boca
y arder contigo en la llama ardentísima de la pasión.
Al decir tu nombre en la mañana,
tú responderás arrebatada.
Y si al despertar en la alborada no te encuentro,
habré de estallar en mil martirios,
erizando mi piel adormilada
y sediento de amor por ti mi enamorada
las sombras implacables de mi soledad,
mi renuente soledad enceguecida,
habrán de desatar en mis sensaciones
un solitario devenir obsesionado.

CARLOS A. BADARACCO
6/8/11

EL GATO DEL PISO BAJO de CARLOS A. BADARACCO









El gato se subió a la mesa
en el medio de la sala antigua
allí, justo allí, donde la nada existía.
“¡Es un gato sucio!…, decían
que duerma en la callejuela…”
“¡Pero el frío lo atormenta!,
es mimoso el gato del piso bajo,
nada se ha caído,
el gato tiene cuidado.
la estufa está encendida
y él busca el calor del fuego”
Agregaba doña Sofía

“Se sienten sus ronroneos,
el gato se pone mimoso”.
Añadía
“¡El gato es un sucio gato,
sus olores ya me marean!”,
repetía la abuela.


“No hay prisa, el gato se irá solito
a las doce de la noche en punto,
el gato tiene apetito
habrá que darle comida”;
es el gato del piso bajo”.
Agregaba Sofía
“Iré a golpear a su puerta,
el dueño que estará durmiendo
habrá de atenderme ahora”.
añadió la abuela


Despacio y sin ruido alguno
la señora llamó a la puerta,
no atendía nadie,
“¿habrán salido temprano?
¡El gato está muy sucio
su pelaje se ve orinado!.
no puedo tenerlo en mi casa,
el olor dejará su reguero”.
Decía la Abuela.


La puerta se abrió despacio,
nadie abrió esa puerta.
allí estaba el señor
con su gato en su falda muerto
ambos estaban muy muertos
estaban allí expuestos;
“era el mismo gato
que dormía en la mesa nuestra,
¡no entiendo!
vuelvo a mi casa loca
¡¿Dónde está ese gato?!”
Asustada expresó la Abuela
El gato se había ido
¿qué presagio se habrá producido?
¿el destino nos ha dado un mensaje?
la muerte ha rondado cerca
y quiso avisarnos algo.


CARLOS A. BADARACCO
10/6/11
(DERECHOS RESERVADOS)
REGISTRO EN safeCREATIVE

GUÁRDENME DE LOS HONORES de CARLOS A. BADARACCO









 Guárdenme de las alabanzas
que me llenan de orgullo falso
dadme de castigos vivos
que me enseñen a vivir un poco.
Los caminos están cerrados
para aquellos necios que ciegan
a los ignorantes cultos de siempre
que saben apenas hablar.
No alaben a los simples tontos
que no tienen cerebro y ríen,
alaben a los humildes
que tienen corazón de acero.
Guárdenme de las alabanzas
que ciernen mi intelecto puro,
el que no está corrompido
por los agoreros de turno.
Serán como rosas muertas
las lozanas palabras vacías
que llenan los corazones
de vanos alardes falsos.
Acá están como siempre
los castos y los profanos,
los que te quitan el alimento
guardando pronto la mano.
Los bolsillos del disoluto
están sin ningún centavo
a que alabar lo muerto
si al fin morirán primero.
No cabe en cabeza alguna
que sean tan falsos los torpes
no quedan ya ni virtudes
que se llenen de valores firmes
Están como vacíos
buscando quizás honores
no tienen por qué buscarlos
vienen con sabor ilustre.
Así nomás las lealtades
se apagan como una vela
cuando ya no se necesitan
se sofocan sin que nos duela.
Guárdenme de las alabanzas
que me llenan de orgullo falso
no sean ruines felpudos
donde se limpian las botas sucias
sean como los hombres probos
que viven en la paz con todos.
Si alguna vez en mi vida
me crucé con estos seres espurios
fue porque mi labor lo exigía
fui docente, hombre y seguro.

CARLOS A. BADARACCO
10/8/11