La espesa estepa se levanta
en armonía con una paz prematura;
un tibio manto de fragor tropical
se extiende verde en el verde campo,
viste el manto las montañas
y las praderas se encienden fulgurando gozos.
Nace desde el mismo sol la penumbra,
todo cambia de repente a triste,
las sombras se extienden lentamente
cubriendo el manto verde en las praderas
y al llegar a las montañas anochece
convirtiendo el tibio manto en negro luto.
La luna, solo la luna y su resplandor ilumina
detrás de cada elevación y se enciende
una mansa sensación a espectrales silencios
que se cobijan detrás de un cosmos sombrío.
Las lágrimas caen desde las alturas
recorriendo senderos entrecortados
se escuchan en la lejanía los borboteos
que desde las elevaciones de precipitan tenazmente.
Bajo la sombra nocturna
la luz que ilumina claramente
solo viene de la luna y las estrellas.
que parecieran clavetear el firmamento
con lentejuelas de tibios resplandores en la noche..
CARLOS A. BADARACCO
03/08/11
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