El gato se subió a la mesa
en el medio de la sala antigua
allí, justo allí, donde la nada existía.
“¡Es un gato sucio!…, decían
que duerma en la callejuela…”
“¡Pero el frío lo atormenta!,
es mimoso el gato del piso bajo,
nada se ha caído,
el gato tiene cuidado.
la estufa está encendida
y él busca el calor del fuego”
Agregaba doña Sofía
“Se sienten sus ronroneos,
el gato se pone mimoso”.
Añadía
“¡El gato es un sucio gato,
sus olores ya me marean!”,
repetía la abuela.
“No hay prisa, el gato se irá solito
a las doce de la noche en punto,
el gato tiene apetito
habrá que darle comida”;
es el gato del piso bajo”.
Agregaba Sofía
“Iré a golpear a su puerta,
el dueño que estará durmiendo
habrá de atenderme ahora”.
añadió la abuela
Despacio y sin ruido alguno
la señora llamó a la puerta,
no atendía nadie,
“¿habrán salido temprano?
¡El gato está muy sucio
su pelaje se ve orinado!.
no puedo tenerlo en mi casa,
el olor dejará su reguero”.
Decía la Abuela.
La puerta se abrió despacio,
nadie abrió esa puerta.
allí estaba el señor
con su gato en su falda muerto
ambos estaban muy muertos
estaban allí expuestos;
“era el mismo gato
que dormía en la mesa nuestra,
¡no entiendo!
vuelvo a mi casa loca
¡¿Dónde está ese gato?!”
Asustada expresó la Abuela
El gato se había ido
¿qué presagio se habrá producido?
¿el destino nos ha dado un mensaje?
la muerte ha rondado cerca
y quiso avisarnos algo.
CARLOS A. BADARACCO
10/6/11
(DERECHOS RESERVADOS)
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