PROSA POÉTICA
He contado las estrellas y en ellas he visto mi penar,
las he contado mil veces y mil veces más las he visto titilar;
es como si un corazón dominara al universo,
como si las horas al pasar se escondieran tras un latido
y en cada uno de ellos transcurriera un momento más.
Desde el firmamento, que me llama, las he querido alcanzar
es como si una nube y hasta el viento me remontaran hasta allá,
son como ventanas diminutas que se abren hacia el cosmos,
como si se desplegaran cada vez esperándome en su andar,
se cierran y se abren y yo sigo sin volar.
Acaso me tome la vida, cavilando sin cesar
esperando a que el cielo me lleve hacia las estrellas desde el mar.
En el mar el mundo es distinto, se asemeja a una abadía
donde entre las algas y las sirenas bendijeran el lugar;
en el mar los momentos son más lozanos, más diáfanos
son incluso más luminosos los fulgores y el color.
He contado las estrellas y en ellas he visto mi penar
las he contado mil veces y mil veces más las he visto titilar.
Se me antoja de repente como si quisiera ya viajar
no esperar a que el cielo me lleve, es muy lento mi trajinar.
Es de noche y es muy tarde quizás ahora este ya presto
para que el largo viaje que me aguarda se produzca ya sin más;
allá en el firmamento la luz del sol me alumbrará,
será de día o quizás de noche pero yo brillaré cuando me toque emigrar
allá en el cosmos lejano las estrellas me aguardarán
y en silencio, despacito yo las contaré una vez más.
CARLOS A. BADARACCO
5/8/11
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