No te detengas, muchacho, en medio de los fantasmas,
no converses con los espectros que están yacentes
ellos te llevarán hacia el destierro
y serás uno más entre los espantos.
La vida es hermosa, tiene el sabor de las mismas cosas,
tu interior debe encontrarlas en ti mismo
y desde allí descubrirás a la existenci
No te muevas, muchacho entre las sombras
que siempre te siguieron y son ficticias
están allí para llevarte por mundos insospechados
por alquimias, por sofismas inadvertidos;
tampoco te estanques delante de ellas
detendrás tu vida y tus anhelos.
Cultiva la esperanza, muchacho, que está primero,
ella te llevará por rumbos tan sorprendentes.
No desfallezcas nunca tras los tropiezos
los obstáculos de la vida están siempre tan presentes
que deberás ser un enérgico luchador
para que puedas sortearlos con astucia.
Recuerda siempre que tus padres estuvieron primero
y que del amor naciste tú, de la esperanza;
refúgiate en ellos para lanzarte
lo harás con fuerza y con esmero.
Serán una constante luz en el camino, muchacho,
tu fuerza, su expectativa y tu proclama
para que se vuelvan a ti los que se pierden,
iluminando los caminos con confianza,
con la confianza que siempre le tendrán a tu franqueza.
La honestidad, la honradez y la nobleza, muchacho,
serán virtudes que siempre estarán para alumbrarte
los caminos toscos de la vida
que se encenderán como una antorcha incandescente.
Atiende a tus principios y tus valores,
ellos te elevarán hacia altas cumbres
desde donde podrás lanzarte en alto vuelo
hacia el futuro promisorio de la existencia.
CARLOS A. BADARACCO
30/7/11
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