jueves, 15 de septiembre de 2011

UTOPÍAS SIN NOMBRES de CARLOS A. BADARACCO






 

“Momento a momento,
así es que vivimos ahora.
Apreciamos cada día y también
le tenemos miedo.
Podría ser el último día.
Suena chistoso,
pero cualquier día te podría
atropellar un auto o algo así.
Estoy empezando a apreciarlo.”
John Lennon


Yo quisiera construir un ámbito,
un firmamento donde yo mismo me acompañe,
con el calor que la vida me brinda pero sin nadie;
quisiera yo mismo recluirme en un espacio de encanto,
un soñado sitio de esperanza, de anhelo, de fe y de sosiego;
quisiera ser un único amigo que se distienda en la vida,
que se presente como uno, cuya auténtica presencia
me seduzca con la cultura que me lleve de la mano.
Soy hoy un mísero exponente de un pasado que no fue mío,
recuerdos ya perimidos pero que dejaron huellas en mi alma.
Hoy reconozco que no soy nadie, simplemente un lucero
encendido desde siempre pero que alumbra entre jilgueros
que le cantan a la vida simplemente por vivirla.
No deseo que me alaben, no necesito que me critiquen,
soy lo que soy en esta vida como lo seré en adelante
un simple disfraz que yo solo luzco en pleno
para decir desde el alma lo que nunca muestro en mi semblante,
un digno  representante de una auténtica estirpe muerta
que aunque la vida los olvide siempre estarán dentro mío.
Son aquellos protestantes los que siempre con una vara en la mano
señalaron a los culpables de este atropello de la vida,
el sinsabor, la despedida de aquellos valores que fueron
la ruta firme de mi vida, lo que odio y lo que quiero
lo que siempre he esperado de aquellos sabores que deseo,
las claras dicotomías, las contradicciones de mí vida.
Hubieron también represores, que no vivieron la existencia
aquellos en que el odio carcomió sus pretensiones,
los rencores son justamente eso, opresores de los sueños,
retenciones que en  la esperanza se borran sin pena ni gloria,
allá ellos con su historia pero en la mía murieron
porque murieron sus enseñanzas, sus hipócritas mentiras
que enlutaron tantas vidas y oprimieron tantos vientres.
Quiero un futuro que cambie, que ese mundo que deseo
sea un mundo compartido entre todos los que sueñan
con los albores presentes de un futuro distinto
con el amor de cada día, con los valores de frente.

CARLOS A. BADARACCO
14/9/11



COMENTARIOS DEL AUTOR

Los sueños forman parte de la esencia del ser humano, evolucionan en cada etapa de la espiritualidad que los racionaliza, en algunas personas cambian de nombre para llamarse utopías, en otros pesimismo, en algunos más arte, pero en mis nombres todos se apellidan amor
POR Mariana Molina

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