sábado, 10 de septiembre de 2011

DISEÑOS de CARLOS A. BADARACCO



Los arroyos surcan las montañas entre las rocas milenarias,
desgastadas por los vientos que alisan sus figuras;
zigzagueando, las piedrillas se esconden, tierra adentro.

Un alfarero se detiene en la orilla del arroyo,
junta su arcilla con sus manos para moldearlas con fervor.
Acariciando la inmensidad de tu alma
mis manos de alfarero complacían mi pasión
y en los senderos de tu pubis recogía yo el barro :
para darle forma de arte en mi sublime creación.

Mis manos van alisando la figura de mi obra,
para deleite de mis ojos y exaltación de tu figura
No iré más allá de las formas,
porque en este barro complaciente
se esconde para deleite del alma un ardiente corazón.

CARLOS A. BADARACCO
4/9/11


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