Camino de Luna sobre el río que reclama
viejos amores pasionales que a su vera se encontraron,
viejos amores infinitos, placeres de la vida.
Tímidos resplandores que muestran amores ardientes
que se escondieron entre un manto de agua clara
y emergieron transformados en amores permanentes.
Suaves anocheceres que se encuentran al final del camino,
ideado por la Luna para amarse sin senderos,
esperanzas y desencuentros que finalmente sucumbieron
para adorarse eternamente.
Volveré algún día a surcar ese destino,
aferrarme a la esperanza de encontrarte
para seguir amándote perpetuamente
en el límite de aquel sendero.
CARLOS A. BADARACCO
19/8/11
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