(POESÍA TRÁGICA)
En el ocaso las nubes
con sus negras barbas
se prendían del cielo,
lo envolvían todo
como una sombra ardiente
y en el medio del manto
de tinieblas presentes
yo caminaba lento,
caminaba solo
hacia una distancia ausente.
Entre las sombras negras
se levantaban fieras
las agujas tiesas
de un reloj hirviente
el calor,
la gente que caminaba lento
se encendían de fuego
con el terrible viento
y en medio del camino
yo caminaba lento,
caminaba solo
hacia una meta fría
con olor a muerte.
Escondí mi rostro
entre mis manos tibias
y desde el cielo oscuro
se lanzaban lirios,
perfumados lirios
que lloraban penas
en una tarde negra
de entonada tirria
mientras tanto
yo caminaba lento,
caminaba solo.
hacia el ocaso oscuro
de perfil funesto.
Allá, a la distancia
está como encendida
una luz muy tenue
que se va agrandando,
no significa nada,
es la nada toda
que se va acercando
con su luz potente.
y en el medio del camino
temblando los miedos
yo caminaba lento,
caminaba solo
con mi tiempo ausente.
CARLOS A. BADARACCO
6/9/11
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