La sombra de la ignorancia alimenta mi razón,
es perpetua la noción que sustenta esta vida
y a medida que existo se alimenta mi inopia.
Mi tosquedad es tan profunda que atormenta mi existir
y como una plaga indómita se empecina en renacer.
Los saberes de la vida, acrecientan mi entusiasmo
por saber de la existencia con respeto y devoción.
Es mi espíritu el que me ciega al mirar tanto las cosas
y esta curiosidad pertinaz que se empeña en conocer,
sin embargo mi inquietud por el saber es tan inmensa
que al final del camino comienzo nuevamente a caminar.
Soy un ingenuo andariego que transita en esta vida
por senderos tan profundos que alimentan mi saber
y aquí estoy, como un peregrino que no encuentra la meta
de mi eterno indagar y entonces casi abatido
continúo con mi arduo destino, conocer cada vez más.
CARLOS A. BADARACCO
20/8/11
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