jueves, 15 de septiembre de 2011

LUCHA EN EL CIELO de CARLOS A. BADARACCO



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LUCHA DE CIELO

Desde dos claros planos del tiempo,
un ángel asustado se precipitó a la tierra,
manifestó su tristeza por un altercado en el cielo
era, como el final de la historia, como el fin de los tiempos.
Los ángeles y los arcángeles estaban ofuscados y locos
se habían alzado contra Dios, contra su desidia y su osadía, decía.
Estaban como amotinados por no reconocer la presencia
de un eterno Padre que había creado la esencia.
Un día dijo el Señor  al comenzar el camino
“YO SOY LO QUE SOY” y ante eso no hubo dudas.
El Salvador vino a la Tierra a manifestar su presencia.
Él vino al mundo a proclamar el sufrimiento,
el padecer entre látigos e injustas y duras sentencias,
vino con la intención de crear un camino claro,
un sendero de salvación para quienes vivieran entre tinieblas,
pretendió ser el primero en iluminar el camino,
en tender su brazo a los tiempos y salvar a vivos y muertos
de la terrible instancia de ser devorados por los demonios.
Sin embargo allá en los cielos hoy, hay quien quiere encarar
otra vida, otros fundamentos,
otro futuro distinto lleno de luz y presencia.
Los ángeles luchan en el cielo como si fueran demonios
están como embebidos en su soberbia omnisciente,
dicen copiarse de Dios, salvador y presente
que se enfrenta a los malditos y los transforma en santos.
Es una ruin imitación de quien fuera un signo
de salvación eterna y de confianza inmortal
Afirma este ángel caído que ya no hay paz en el cielo
que aquel cielo prometido se ha transformado en infierno
dice que ya se han teñido los celestes por los rojos
y que las nubes radiantes se han convertido en fuego
Pareciera que el demonio ha logrado
el triunfo en aquel cielo prometido
Sin embargo ante la dulce presencia de aquel Salvador eterno
nadie se levanta,  más bien se caen al suelo heridos
Yo por error, dijo el ángel, estoy caído en la tierra
pero mi espíritu noble está con la LUZ ETERNA
brillando en el firmamento como una vela perpetua
no hay espanto que dure ni un momento con fuerza
cuando la mano se posa en silencio entre lo bueno y lo malo
entre la oscuridad y la luz, entre la ignorancia y el intelecto.
Al fin y al cabo amigos, aunque no soy tan creyente
debo ser muy prudente en este escenario actual.
El caído del cielo es un ángel usual
está presente aquí mismo como una profunda realidad
Dime amigo quién es aquel cuya verdad considere más fuerte que otra
¿vale la pena mi amigo matarnos entre todos igual
pensando en que la verdad la tenemos aunque siempre cambie de disfraz?

CARLOS A. BADARACCO
11/9/11

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