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“Hay tres clases hay de ignorancia:
no saber lo que debiera saberse,
saber mal lo que se sabe,
y saber lo que no debiera saberse.”
FRANÇOIS DE LA ROCHEFOUCAULD
Ya está, es tarde para considerarme,
el tren sigue andando siempre con rapidez,
los tontos corren sin ver con humildad la tolerancia,
el precio justo es que corran detrás del tren;
algún día llegarán seguro a la meta
y lo harán cansados, debilitados y sin valor,
lo peor y más seguro que habrán perdido
es la justa instancia de ser fiel a la humildad.
Reconocerse a sí mismo con egoísmo
es marchar con pie seguro a la idiotez.
Consentir con respeto a aquel que hace
es un aliciente propio para ser más.
No se tiene porqué seguir al bruto
que pretende con astucia el ignorar,
es más justo verse a sí mismo como ignorante
y perseguir en forma clara a la verdad;
sabemos desde ya que es imposible el alcanzarla
pues la realidad cambia siempre de disfraz,
habremos de perseguir fervientemente la sabiduría
pero conscientes de no alcanzarla nunca jamás.
El fin indiscutido del ser humano
que ha pretendido dejar de lado a la sobriedad
es llegar al fin siendo siempre un sabio necio
en lugar de un ignorante sabio de verdad.
CARLOS A. BADARACCO
27/8/11
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