Arte Local / México - Galerías - Dibujos de Carlos Rodríguez
He caminado durante mucho tiempo por la calle,
he sufrido el frío de las noches invernales,
he vivido en cualquier lugar, incluso bajo los puentes.
Mi ropa roída, mis arrugas y mi frente, mi barba de años
desfiguraban mi rostro era casi irreconocible.
Comía de la basura los desperdicios de la gente
era un apartado de la vida, de lo cotidiano del mundo,
mis zapatos gastados por trajín rutinario,
mis medias agujereadas y este olor nauseabundo
que ni yo mismo soportaba,
un desperdicio humano me decía la gente,
mi espalda encorvada, mi arpillera gastada
y un sabor a nada por una vida frustrada.
Me encantó sí, ver la luna y el sol,
ir y venir durante los días,
ir y venir durante los días,
el viento soplar moviendo las copas de los árboles
y sentir el aliento de mi perro mientras dormía.
Aprecié el calor de las noches estivales
y la luz de las estrellas que me acompañaban en silencio.
Fue triste la distancia alejado de la familia,
de los seres que he querido, de los amigos de siempre.
Fue amargo ver de lejos a mi casa,
las flores encendidas como en la primavera dorada,
el cerco del ligustro y la enredadera en las paredes,
la luz de las ventanas iluminadas en la noche
y la chimenea humeando durante el crudo invierno.
El calor de la familia, toda reunida en la cena navideña
los cumpleaños, los bautismos y los amores de mis hijos
todo lo he perdido, todo lo lloraba, todo lo lamentaba.
Y yo estaba afuera, lagrimeando la amargura,
el tiempo perdido, la distancia y los sueños.
Quisiera regresar a la casa y que los míos me perdonen
estar otra vez en familia con mis nietos correteando.
El tiempo pasó y yo ya esto viejo
se me acabaron los días y estoy arrepentido,
sé que pronto estaré en otro tiempo, en otro espacio
y las distancias serán eternas y los vientos soplarán perpetuos.
Quisiera regresar a la casa y que los míos me perdonen
todo el mal que les he hecho.
CARLOS A. BADARACCO
27/8/11
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