sábado, 25 de junio de 2011

TIEMPO DE VERANO de CARLOS A. BADARACCO







El verano es lento para andar,
llena los corazones de vida y de placer,
tiene el deleite de las cosas mundanas,
la paz y la furia del gran jubileo.
Los ángeles pasan y dejan estelas,
vuelan los aromas y el mar los recoge,
son lamentos de damas que sufren por amar.
En una de sus mañanas
el verano se enciende para quemar las almas,
se regocijan los fantasmas de la vieja soledad,
hay calor en los ojos y ardor en los espíritus,
se despiertan ufanas las musas del placer.
Los vientos soplan amores lejanos
que vierten sus bríos en las aguas del mar
y las noches cálidas calientan los cuerpos
presagiando pasiones que las olas nos traen.
¡Ay que dicha el calor nos envuelve!
es fácil perderse en amores de sal
amores que envuelven, que ciegan las vidas,
ardientes deseos que a la rocas se van
Las luces se pierden en el cielo oscuro
que la noche muy densa nos quiere entregar.
Lucecitas pesqueras brillan en la distancia
el mar las circunda y parecen danzar
la luna proclama caminos inciertos
que se lanzan a las aguas y hacia la nada se van
¡Ay qué verano nos entrega la vida!
es un verano intenso a punto de estallar.

CARLOS A. BADARACCO
12/04/10

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