domingo, 12 de junio de 2011

INFINITUD (POEMA TRÁGICO) de CARLOS A. BADARACCO







Desde el cielo en su azul infinito
mi alma proclama su juego,
tan sutil es mi desvelo
que encierro un valor contrito.
Soy la paz y la busco en mi alma,
sumergiéndome en mi pleno interior
buscando la honra de mi vida y mis victorias,
que son mías y nadie me las quita
porque encierran ellas mis desdichas
mis fracasos y triunfos.
Nadie puede alzarse con mis logros,
siquiera mi misma vida podrá disfrutarlos,
porque el secreto de mi existencia es sólo mío,
de nadie más, ni de nadie menos.
La justa medida de mis frutos soy yo,
aunque haya sufrido por conseguirlos.
Se me anuda el corazón de tantos presagios
que la muerte se llevará, a su justa hora,
ni un minuto más, ni un minuto menos;
sólo volaré hacia el eterno infinito
en el momento crucial de mi existencia.
Cuando no pueda más el intelecto
recoger las penas y las tristezas,
las alegrías y las venturas de la vida,
partiré presagiando el descanso eterno
donde quiera la eternidad concederme
la siesta infinita y la paz perpetua.
Recargo sobre mi dorso todos mis yerros,
mis caídas y mis ascensos
los inútiles llantos entorpecidos
las risas de opacas alegrías
Todo es mío sin ningún desborde
Llenarán mi mochila de esperanzas
De luchas constantes por mis pérdidas  y ganancias
Y en fin…, al final todo fue vida, auténtica vida de poeta

CARLOS A. BADARACCO (Registrado)
20/07/09

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