Roma será mi tumba,
mi sosiego, mi desvelo;
será la paz que yo espero,
Roma la querida, mi consuelo.
Será un día en las sombras
del sitio aquel que más quiero
Roma será mi tumba,
mi reposo, mi placer.
No sé cuántas noches habré
sin poder tener de la vida
una cálida acogida.
Pero Roma me esperará,
allá en la distancia,
lo sé, me esperará
Me esperará entre las tinieblas
o con el sol en el cenit.
Será con lluvia
o con luz de penumbras,
o con luz de penumbras,
pero Roma me esperará,
lo sé, me esperará.
En cada rincón, en cada pasión
en la más frenética razón,
con emoción, sé,
que Roma me esperará.
Y no habrá razón que me prive
de la eterna salvación
y la sublime redención;
cierto es, Roma estará allí
CARLOS A. BADARACCO
16/10/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario