Soy un fugaz laberinto de vida,
ese recuerdo de un claro despojo,
no evoco un momento que no escojo
pero se aviva manso noche y día.
Soy un inocente y perpetuo estado
de lamentables despojos expuestos,
un vetusto arrogante de funestos
sentimientos vigentes y deseados.
Habrán de prorrumpir en otros tiempos
los días de ennoblecidos lamentos,
días sin excitados sentimientos.
que buscan desperdicios y tormentos,
días de aciagos y laxos instantes
que pernoctan en la vida fervientes.
CARLOS A. BADARACCO
26/11/10
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