El inhumano con astuta saña
Destruye los albores en busca de traición
Y luego recoge ermitaño en su mundo
Un albur y un manto que derroque la paz
Fuimos luchadores de un eufemismo,
Arrogante y mezquino, ignorante y voraz
Y, complaciente ya, de su estado erudito
En su trono poderoso superó nuestro amor
Sin embargo la pureza, la ilusión de un mañana
Desata con astucia la rebelión con dolor
No habrá en el mundo un mal encumbrado
Que con saña inaudita entumezca al amor
CARLOS A. BADARACCO
16/10/10
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