Un dragón fantástico
con sus alas desplegadas.
Una sirena en las profundidades
de un mar embravecido.
Un lobo furioso
con su boca entreabierta.
Una mariposa mágica
que triste se muestra.
Y el niño que duerme,
que sueña, que gime,
pesadillas del pobre
que un pan nos reclama.
Ojos de hiel,
ojos de seda,
ojos marianos,
que lloran, que sufren
hambre, desconsuelo.
Un niño que clama
con su mano extendida
como pidiendo socorro.
Sus labios marchitos,
su piel tan reseca,
una lágrima solitaria
se desliza sin consuelo.
¡Niño!, ¡niño!, ¡qué triste despojo
nos brinda la vida!
¡Niño!, ¡niño!,¡ niño de ensueño!
¿qué duendes escondes?
¿Qué besos proclamas?
¿un beso de hada?
¿de hada madrina?
Cenicienta cautiva
¿Qué lloras?, ¿qué clamas?
Protegerte es poco,
sin embargo
amarte es todo.
CARLOS A. BADARACCO
08/6/09
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