Palomar,
de hadas moribundas.
Palomar
de sueños y esmeraldas.
Palomar
de ruegos inconsultos,
de penas y reveces,
de inmensas idioteces.
Palomar de vidas,
de ansias y desmentidas,
palomar de pasiones,
de sufrientes corazones.
¡Ay¡ que sufro por ti,
por los recuerdos
que nacen de los infiernos
de lujuria y del amar
que sucumben en este palomar.
Allí nacieron como frases
en tímidos y procaces
momentos de placer,
de día o al anochecer
en todo momento
viví el juramento
de soñar eternamente
en el lúgubre palomar.
Soñares, amares, pesares,
de sueños rotos,
de simulados andares,
de penas y cantares
de dolorosos lamentos,
de ruegos y tormentos.
Palomar de tristezas
de heridas profundas
que no cierran jamás
y destruyen mi vida
como sonda de amor.
CARLOS A. BADARACCO
13/6/09
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