Te veo allí sobre la alfombra
y tu piel excita mi pasión devoradora.
Deseo confundirme con ella,
besar tu cuerpo, tus ardores,
tus turgencias, tus temblores,
explorar tus honduras.
Mis manos tiemblan
y un sentido de placer morboso
y un sentido de placer morboso
cerca mis pasiones
y las convierte en agitaciones,
y las convierte en agitaciones,
en sublimes tentaciones,
ardorosas conmociones
de un juego de deseos
fervientes, vehementes,
fervientes, vehementes,
que divinizan nuestro encuentro,
nuestra sed de amor,
de gozo y de clamor,
gemidos y súplicas de goce
gemidos y súplicas de goce
que calmen las ansiedades
que corren por mis entrañas
y los ardientes estímulos
y los ardientes estímulos
de un sentimiento de pasión
y de entrega superior
y de entrega superior
a la sublime felicidad
CARLOS A. BADARACCO
16/11/10
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