domingo, 3 de julio de 2011

EL VUELO DEL ÁGUILA de CARLOS A. BADARACCO








Al volar, he descubierto la eternidad,
también mis limites y mi edad,
he vagado por ríos y mares
y al hacerlo he captado los altares
de la vida y la existencia.
He llegado a lo más alto de los cielos,
he podido hablar con mis ascendencias.
En las cumbres percibí la soledad
y allí mismo me permití renacer
cuando mis fuerzas declinaron.
Allí he visto los amaneceres
y también  disfruté del anochecer,
de las estrellas, de los vientos, del firmamento.
No lamento los días que pasé
alejado del placer mundano
de lo soberbio, de lo profano.
 Al fin después, con admiración
surgí nuevamente en mi lucha
para bien de mi suerte,
de poder captar y percibir,
el maravilloso arte de vivir

CARLOS A. BADARACCO
7/12/09

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