domingo, 3 de julio de 2011

ENIGMAS de CARLOS A. BADARACCO










Yo que existo y que indago
hallaré  mañana un misterio que de vida,
seré dueño de una luz de tímida esperanza
que cruce los tiempos en pos de eterna confianza.
Alabanza al tiempo y a la distancia
un ir y venir, la eternidad y sus principios,
el alfa y el omega
que se esbozan en los inicios
y se acaban en el infinito.
Así afirma la mística. Me creo
indigno del Infierno o de la Gloria,
pero nada predigo. Nuestra historia
cambia como las formas de Proteo.
¡Qué errante laberinto, qué espesura!
Ciega de resplandor será mi suerte
cuando me entregue al fin de esta aventura
a la curiosa experiencia de la muerte.
No quiero beber su cristalino olvido,
ser para siempre; pero no, haber sido.
06/04/2010

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