Encima de una tumba florida
el sol renace cada día,
las lágrimas vertidas sobre el muerto
sembrarán esperanzas en el pueblo.
No decaigas hermano todavía,
tendrás un mundo lleno de alegría
si tu fuerza se mantiene siempre incólume
a pesar de los avatares de la vida.
Los tiempos siempre pasan y en la senda
se avizoran estigmas de esperanza;
eres tú quien siembra desde el llano
la semilla cuyo fruto está escondido
La fuerza que le pongas al futuro
será el caldo que alimente a tu tierra,
no importan los desaires y los odios
el pueblo debe alzarse con justicia.
El enemigo está siempre allí, al asecho
y es preferible que se muestre de rodillas
sólo así expondrá sus falencias
consumiendo ardientemente su ponzoña
¡HERMANO!.
¡ANTE TODO SOBERANO, NUNCA MUERTO!
CARLOS A. BADARACCO
29/10/10
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