---------------------------------------------------------------------------------------------
IMAGEN EXTRAÍDA DE GOOGLE
DE MI LIBRO “SUBJETIVIDADES”
Haber llegado casi al final de mis días me lleva a reflexionar acerca de ciertos conceptos que han conmocionado mi existencia desde mi más tierna adolescencia. Es así como he tenido presente siempre el tema de “LA FELICIDAD” y me he refugiado en la opinión de ciertos pensadores que me llamaron la atención por su posición tan personal acerca de este concepto, por ejemplo:
Aristóteles afirma, refiriéndose a qué es lo bueno, que “LO BUENO ES LA FELICIDAD”, agrega además que siempre nuestro accionar en la vida tiene un propósito. Es evidente, que siendo así siempre habrá una meta hacia donde nuestras acciones se dirijan, una aspiración que le dé sentido a nuestro hacer. He de refugiarme mucho en este pensamiento de Aristóteles que se ha transformado en un axioma para mi vida. Cuando me refiero al sentido de nuestra existencia lo veo yo como una impronta que dejamos en la existencia dentro del conjunto de “cosas” que la existencia tiene de por sí. Entonces surge allí una pregunta: ¿y si el sentido de nuestra vida nos condujera hacia el mal? Aristóteles, a través de sus pensamientos, me contesta diciéndome que “nuestra vida se va conformando con una cadena de fines”, es como si fuera un collar de perlas y cada cuenta fuese un fin conseguido en la vida y que lógicamente eso nos permite dar otro paso, conformar una nueva cuenta del collar, de esa manera es cómo me toca a mí explicar el sentido que este pensador le da al tema de la felicidad, puedo estar equivocado, aclaro. Afirma que el sentido del hombre es alcanzar esa felicidad como lo máximo, como si esa fuera la última cuenta del collar que es el final de nuestra vida misma, lo llama “BIEN SUPREMO” al logro de esta meta, por lo cual sabremos si somos felices al cabo de nuestra existencia. He leído por allí que “la felicidad es el fin supremo pues no es, a su vez, un medio para alcanzar otro fin”. Y vuelvo nuevamente a la pregunta que me intriga y advierto que Aristóteles invoca otro concepto el de “RAZÓN” diciendo que “la felicidad sólo se consigue si a través de nuestra vida nos hemos guiado por la razón” dejando de lado, de esta manera todos los vicios, placeres mundanos que la realidad nos ofrece como tentaciones que habremos de vencer para el logro de la meta final. Ser prudente es la respuesta a la pregunta, dejando los abusos de lado, las pasiones, las exaltaciones comunes de la vida, los vicios si se quiere llamar de otra manera. Alguien me dijo alguna vez, «amigo mío, “ni tan tan, ni muy muy”», queriéndome aclarar que debemos encontrar un “término medio” en nuestro accionar, así lo llama nuestro pensador. Un término medio entre los extremos. Y me surge otra pregunta: ¿cuál es el término medio para un hombre de escasa cultura y cuál para un intelectual? lo que me lleva a pensar, “cae de maduro” que a través de la educación el ser ajusta ese “término medio” a medida que se va formando y se demuestra a través de los actos en donde quedan reflejadas las buenas acciones. Entran aquí en juego el tema de los valores, tan importantes para nuestra vida de relación dentro de una sociedad a la cual pertenecemos, pero ese es otro tema.
CARLOS A. BADARACCO
21/7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario