sábado, 7 de mayo de 2011

TRASCENCENCIAS de CARLOS A. BADARACCO










No escribo para que me escribas,
 escribo para alimentar las almas
de firmes sentimientos, de esperanzas;
escribo para alentar espíritus
para colmarlos de emoción,
para descubrir esencias,
para volcar sensaciones,
expresiones vivas del alma
que sujetas a las letras
se despierten ufanas para decir el amor.
No escribo para que me alabes,
para sentirme redimido,
escribo porque el alma escribe,
porque no soy yo el que expresa
las cálidas palabras
que el espíritu vuelca
en mis enunciados de amor.
Quizás escriba también
para dejar una cálida
conmoción en la ilusión,
para que trascienda la pasión
con que amo la vida y amo al amor.
No escribo para competir
eso es tonto, es ridículamente falso
encontrar en las letras una performance
que se despierta cuando la vanidad está presta 
y muere fatalmente tu interior.
No me interesa en el escribir
el sentido estético sino el decir,
no me interesa la improvisación,
me llama el verter con pasión
esa hondura de vida que
me nace desde la intimidad.
Quizás mis palabras
busquen el asombro,
como decir filosófico,
la perpetua calidad de vida,
 la sonrisa eterna que siempre
debe estar presente
en tu vida de bizarra utopía.

CARLOS A. BADARACCO
30/01/11

1 comentario:

  1. Sencillamente maravilloso "no escribo para que me alabes..."coincido plenamente contigo,los que sentimos, nuestras letras sirven para sacar el sentimiento que nos desborda y lo plasmamos en un papel que nos recuerda que amamos y sufrimos con la misma intensidad porque vivimos....

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