De noche, caminando por Buenos Aires,
sus sombras, sus empedrados, sus fantasmas.
Encerrado en mi mismo,
contemplo mujer, tu hermosura,
tu suave piel, tu frescura,
el fugaz encuentro con un abismo,
un abismo de amor que sin ternura
recorre las calles, sin premura.
Un soplo fugaz, una caricia,
un principio de amor que con codicia
recoge pasión desenfrenada.
Mujer de la noche, de la noche oscura;
mujer de principios, pero ultrajada;
repartes amor, amor ferviente,
apasionado amor envilecido,
seduces con tu faz y sin sentido
vuelves vacía, sola y sin valía
¿Cómo ser hombre, mujer, para adorarte?
CARLOS A. BADARACCO
19/03/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario