domingo, 15 de mayo de 2011

CON LOS PIES ENTUMECIDOS de CARLOS A. BADARACCO

(DERECHOS RESERVADOS)








Siento los pies entumecidos de tanto caminar. La vida es un largo trajinar que me ha conmocionado la existencia, la ha trastocado y  colmado de ansiedades que hoy se desdibujan en mil recuerdos.
Siento los pies entumecidos, quizás porque en mi travesía he sufrido embates, quién no, si somos hijos del mismo sacrificio con la particularidad de estar en un sitio vacío personal a veces, y otras veces, con alegrías que deleitan nuestros espacios en el tiempo.
Siento los pies entumecidos, ahora que las distancias están como desdibujadas, casi en tinieblas se delinean senderos de luces tenues que nada alumbran. Están como dispuestas junto al destino, a su largo, en todo el trayecto final de nuestras vidas. Ahora, justo ahora que se pierden en el espacio las distancias que ya no distingo. Es como una esfera vista desde dentro pero iluminada con un magma ostentoso que se pliega y repliega una y mil veces para atosigar nuestras vidas. Es como si en vano surgieran las musas divinas y cedieran en sus apariciones dejándonos solos en el camino interminable de nuestra supervivencia.
Siento los pies entumecidos, como si los deleites ya no hicieran huellas, como si no existieran en la vida más que momentos turbios que se alejaran de las distancias. Replico los espacios, replico las distancias porque estoy en ellas como un ser absorto en la ignorancia de un futuro incierto que carcome mis momentos. Quizás no me entiendan, quizás mis palabras sean dignas del psicoanálisis, pero al ser puramente mías las experiencias, les doy el sentido que yo les quiero dar. No me importan los juicios que se levantan por fuera del sendero, son simplemente voces que vienen de seres diferentes y palabras que contienen experiencias distintas, no  son mías y por lo tanto no tienen un valor que encamine mis espacios. No debieran hacerlo nunca, pues son mis ámbitos y yo soy quien debe transitarlos.
CARLOS A. BADARACCO
24/4/11

1 comentario:

  1. Me gusta lo que escribes. El cuento del hombrecillo diminuto me ha encantado y la música que pones de relajación es fantástica. Yo suelo escuchar mucha música relajante y reiki para hacer meditación.
    Seguiré leyendo.
    Gracias por compartir.

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