PESADUMBRES (DERECHOS RESERVADOS)
TÍTULO: PESADUMBRES (DERECHOS RESERVADOS)
parte de monólogo
AUTOR: CARLOS A. BADARACCO
Día nublado, pesaroso;
un viento casi irascible
que arrasa polvorientos caminos
como si la vida se fuera,
desapareciera en la nada;
como si un suspiro se llevara
recuerdos de antaño
que sedujeran destinos.
Una imagen de los años,
con tristes presagios ultrajados,
que se apoderaron de los sentidos,
de los infames suspiros
que por amores se daban.
Un tiempo alejado del destino,
como si los años cantaran
armonías en duelo
de tristes desvelos
que se introducen en el alma.
Una voz allá a lo lejos
que grita un nombre
casi con lamentos
que surgen de los vientos
arrojados al abismo.
Una voz enamorada
que ya no se escucha
y que no deslumbra
en la memoria ni un recuerdo.
Un paisaje polvoriento
que ya no inspira nada.
Un triste momento
de acompasada espera,
de solitario desencanto
y atolondrada desidia.
Instantes de locura
de súbita premura
arrebatada en la lucha,
en la apatía o en la inercia.
Un extraño lamento
incorporado en el alma
allí donde la vida
abandona los tiempos,
los lujuriosos momentos
que ya no dicen nada.
Racimos de nostalgias
impregnadas de melancolía
de endiablada penumbra
y febriles desencantos
Un grito, un nombre
desatado en la distancia
allá, muy lejos,
un grito vacío que suena
como en silencio,
con mudez acompasada.
parte de monólogo
AUTOR: CARLOS A. BADARACCO
Una imagen cenicienta,
como alejada de la edad,
de los tiempos y los destinos.Día nublado, pesaroso;
un viento casi irascible
que arrasa polvorientos caminos
como si la vida se fuera,
desapareciera en la nada;
como si un suspiro se llevara
recuerdos de antaño
que sedujeran destinos.
Una imagen de los años,
con tristes presagios ultrajados,
que se apoderaron de los sentidos,
de los infames suspiros
que por amores se daban.
Un tiempo alejado del destino,
anclado en los recuerdos,
en evocaciones abatidas
llenas de nostalgias,
de añoranzas postreras,como si los años cantaran
armonías en duelo
de tristes desvelos
que se introducen en el alma.
Una voz allá a lo lejos
que grita un nombre
casi con lamentos
que surgen de los vientos
arrojados al abismo.
Una voz enamorada
que ya no se escucha
y que no deslumbra
en la memoria ni un recuerdo.
Un paisaje polvoriento
que ya no inspira nada.
Un triste momento
de acompasada espera,
de solitario desencanto
y atolondrada desidia.
Instantes de locura
de súbita premura
arrebatada en la lucha,
en la apatía o en la inercia.
Un extraño lamento
incorporado en el alma
allí donde la vida
abandona los tiempos,
los lujuriosos momentos
que ya no dicen nada.
Racimos de nostalgias
impregnadas de melancolía
de endiablada penumbra
y febriles desencantos
Un grito, un nombre
desatado en la distancia
allá, muy lejos,
un grito vacío que suena
como en silencio,
con mudez acompasada.
Un grito en la noche,
el vacío de los tiempos
en el lejano infinito.
CARLOS A. BADARACCO
14/4/11
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