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Los libros, y en sus propias hojas,los fantasmas que renacen durante el día.Allí en lo profundo de la biblioteca,donde lo oscuro se hace claro
nacen sin sentirlo acaso las letras del gran giganteRojas de goce cantan, cantan a los sueños pobres,cantan sin querer, ufanas por la dicha del saber amado¡Oh, el saber dichoso, de esplendor radiante!¡Oh, el saber oculto, que libera, que redime!Los libros, y en sus propias hojasel saber oculto se entrega como amor de novia,como dicha escondida el saber oculto se adivinadescansando en su propia tinta.¡Oh, el saber dichoso!, saber de vida,de vida autónoma, de vida soberana,inteligible vida de ser humano.El saber, presagio de la existencia,ruego de dicha intelectual, que fecundaen las mentes del ser que indaga,que libera el placer del sondeo perpetuo.el saber que besa la percepción,la luz divina de la inteligencia,la base inmortal de la misma cultura,el podio eterno del conocimiento,el pedestal indestructible del entendimiento,el albor de la reflexión, la lógica y la Razón.
CARLOS A. BADARACCO01/08/10
nacen sin sentirlo acaso las letras del gran gigante
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