Hay tanto hastío en este riachuelo neblinoso.
que los peces mueren en el día desolados,
las algas mustias se secan en las rocas
que los peces mueren en el día desolados,
las algas mustias se secan en las rocas
y el desvelo por la vida se consume.
Hay lamentos entre los camalotes allá a lo lejos,
la irritación renace desde los vientos
que se ciernen voraces en los tiempos
arguyendo instantes de alboroto.
La luz se va apagando entre los helechos
y se pierden en la distancia los aromas.
Se ven consumidos los frescos manantiales
ya no vierten sus aguas en el riachuelo.
Tristezas de soledad, pesadumbre
en las hileras de aromos que se ciñen
sobre la orilla de este riachuelo pesaroso.
CARLOS A. BADARACCO
5/12/10
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