En la mañana
la sala dibuja un simple rayo, una recta,
una diagonal exacta que choca contra un libro,
un eje empolvado de hastío se proyecta;
solo un rayo
que no descubre la vida.
Sala de lúgubre acento a soledad,
aislamiento desértico, aciago;
ese es el espacio
que esbozan los fantasmas,
el retiro de la nada que se prende de nostalgias.
Una tímida luz de vida
que en su escondrijo busca su esencia.
Solo un rayo
y en la nada se dibuja en presencia
acariciando el vacío en la sala desolada, lúgubre.
Triste es estar como ensimismado
en la profundidad del ser rodeado de melancolías,
recuerdos, otros días, una vida que salpica levedades.
CARLOS A. BADARACCO
01/12/10
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