Quisiera llevarme todos los colores:
llevarme al azul, porque denota al cielo
llevarme al celeste junto al azul del día,
quisiera llevarme al verde de los árboles del verano,
al gris de la tristeza,
al rojo de la vergüenza.
Quisiera esconder al amarillo de los montes,
el lila que acompaña al pétalo de las flores
también quisiera al purpura que escolta a tus ojos.
Pero sé que un mundo en blanco y negro,
perdería la alegría,
no habría nada que brillara
sólo dentro de mí corazón.
El marrón dejaría a los árboles desnudos
y en medio de este mundo no existiría el color.
La razón se perdería entre monótonas visiones;
como se pierde el amor que colorea la ilusión,
no habría sensaciones, solo formas y contornos
no existiría en el mundo más que amores sin color.
Qué bello sería dejar este mundo como está
disfrutar todo lo hermoso que la esencia nos da:
ver en cada rostro la alegría proyectada en el rosado,
y hasta el plateado y el dorado puesto sin lujos…
en todo el firmamento:
el dorado ser del sol para siempre enamorando,
y el plateado en la luna enardeciendo al amor…
De par en par.
Si me llevo los colores se acabarán las emociones
que solamente nacerán en el medio de mi ilusión,
tendrá mi vida solamente el placer de verlo todo
puesto que en mis iris brillarían desde dentro,
porque solo míos serán
y no habrá ser más feliz que aquel que se lleva todo
aunque sean los colores para coronar su ambición
sin medida noche y día serán míos todos ellos
serán míos en realidad…Los demás importan poco
¿qué locura verdad?
CARLOS A. BADARACCO
26/11/11
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