Las sombras se proyectan entre signos grises,
y la brisa se desata casi sin fragor
y entre las tinieblas de la noche se proyectan
las estrellas en silentes firmamentos foscos.
Sobre el monte se destellan fuegos
entre la honda ciénaga están los huesos
que disipan fulgores extraños, casi brillos
internándose displicentes en el ancho sendero.
Gorjeos se despiertan entre las oscuridades
y entre la pajiza hierba se divisan
los grillos que se detienen impávidos
alertando entre los silencios la lluvia incipiente.
CARLOS A. BADARACCO
22/11/11
Estupendo, amigo, logrado poema.
ResponderEliminarAbrazo,
Pichy
Muy bonito y muy natural ^^
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